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"Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d'Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas.
La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final. Y acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras."
Adjunto para finalizar una carta de Vargas Llosa en contestación a la felicitación del Hermano Superior de La Salle:
Estimado Hermano Álvaro Rodríguez Echeverría:
Mucho le agradezco su cariñosa carta, que sólo ahora puedo contestar por la abrumadora correspondencia y por los múltiples compromisos a los que he debido hacer frente por la concesión del Premio Nobel. Sus líneas me conmovieron profundamente y me recordaron los años felices de mi infancia, en Cochabamba y en Lima, que pasé en los colegios de La Salle de ambas ciudades. Fue un acto de justicia recordar al Hermano Justiniano, un hombre sabio y santo, que me enseñó a leer y gracias a ello, me abrió las puertas maravillosas de los libros y sus aventuras interminables.
Me alegra mucho que mis palabras de gratitud hacia el colegio de La Salle hayan llegado hasta quienes, en la Institución de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, dedican su vida a una vocación tan admirable. Estoy seguro que muchos miles de antiguos lasallistas tienen el mismo recuerdo agradecido y nostálgico de su paso por el Colegio de La Salle.
Reciba un cordial saludo de
Mario Vargas Llosa
En estos tiempos en los que a veces pensamos que lo importante y vivo pasa fuera del aula es muy reconfortante escuchar el testimonio de una persona que se convierte en prueba viva de la riqueza de la vida escolar , de la educación y de la lectura ¿No os parece?
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